martes, 8 de noviembre de 2011

Decencia surrealista... carencia moralista

No hay palabras para expresar...
Triste pero verdad, me rodea la rutina,
me aborrece lo mundanal.

Soy un ser raro de contentar,
lo quiero todo, no tengo nada,
pero me aburro del abismo
porque no comulgo con el altruismo.

Mis emociones existenciales son limitadas,
pero no espero nada, fui deseada.
Lo bueno es efímero, lo malo anodino.
Y rememoro así quien me habló una vez
de aquel Tarquino, monarca estreñido
al que mataron por ser buen amigo.

Los trobadores siempre jodiendo,
enrollándose al dedillo,
me aburro enseguida de la canción
por tanto repetir el estribillo.

Me sugestiono; la vida es bella y de mayor
construiré mi propio castillo y sino...
fumaré Malboro que aunque no es ilegal,
condiciona efectos y mil argumentos
que lo caracterizan de inmoral.

De esta manera, lo mundanal,
la sobriedad de lo que se considera
normal, no me amarga cada jodida noche
por jugar al mus con la soledad.