miércoles, 6 de febrero de 2013

Uno y cero... hacen diez

Esencia de mala praxis
el no saber embrutecer
a mi ego.
Me jode el poema
el tener que hablar sobre
sexo, amor o miedos.
Para indagar sobre
el sosiego de la trascripción
de emotivos versos.

Quiero trasmitir el alma
sin tener que evocar
a dulces o amargos recuerdos,
y mimetizar a cada persona
con la llema de mis dedos.
Pero como no se hacerlo,
intento verbalizarlo
en vez de vencerlo.

Así que sucumbo
y me entrego a las paranoias
de estar rodeada de silencios.
De esta manera
oigo el eco de  mis pensamientos
cada día un poco las lejos.

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